Encuestarlos o recabar información de los jefes directos debería ser el primer paso. Segmentar a los colaboradores, al igual que a los clientes externos, es la clave del éxito, según Fiorella Lores, jefa de proyectos de Humanitae.
Cuando Recursos Humanos
empieza a crear programas y dar beneficios a los colaboradores, pero el
nivel de rotación no baja o el clima laboral no mejora, entonces se
está desperdiciando dinero de la empresa. Fiorella Lores, jefa de
proyectos de la consultora Humanitae, explica que el error más grave aquí sucede al no considerar a los empleados como clientes internos.
Con este enfoque, “lo que se trata de buscar es que no solo tu cliente externo es importante, sino que las personas con las que trabajas también son clientes. Hay que ver cómo los tratas, cómo les comunicas,
cómo les vendes productos. Porque les estás ofreciendo productos: les
vendes el programa de vacaciones, las utilidades u otros proyectos
especiales, y ellos los aceptan”, detalla Lores.
Gasto efectivo
Pero, ¿cómo asegurarnos de que el dinero invertido en satisfacer a los
clientes internos funciona? Lores indica que la mejor manera de lograrlo
es segmentar a los colaboradores, como sucede con los clientes
externos.
“Mucha gente no sabe qué tipo de personal tiene en su empresa, no
sabe cuántos son hombres o mujeres, ni dónde viven. Las empresas tienen
que empezar a segmentar. Como uno segmenta clientes, tienes que
segmentar colaboradores. Conocer quiénes son y en qué etapa de sus vidas
están”, recomienda la especialista.
De ahí, el siguiente paso es complementar esa información con
estudios de clima organizacional, encuestas presenciales o virtuales, o
recabar información con los mismos jefes.
Sin sufrir
Lores señala que el “pensamiento antiguo” del clima laboral es como el
del látigo: “mientras más te más te exijo, más me tienes que dar de productividad”.
Pero eso ya no funciona. “Lo que quieren es un buen ambiente de trabajo
porque la empresa también se está vendiendo. La empresa ahora dice,
‘quiero que trabajes conmigo’”, por lo que debe buscar formas efectivas
de comprometer a sus colaboradores.
Y hay dos factores para que las empresas peruanas
dejen el ‘pensamiento del látigo’. El primero es un aspecto
generacional. Quienes salen de la universidad hoy, hasta los 35 años,
“no tienen la misma mentalidad que nuestros padres”. Por ello, los
jóvenes buscarán un nuevo empleo cada dos o tres años para ganar
experiencias y ser más competitivo.
El segundo factor se da por un efecto de estar a la altura de la
competencia. La especialista advierte que “ahora compites con empresas
de todo el mundo. Si ves que se están tomando otras pautas
internacionalmente, de todas maneras tendrás que aplicarlas aquí. Hay
que elevar los estándares hacia los clientes externos e internos”.
gestion.pe
No hay comentarios:
Publicar un comentario